No. Si bien la mayoría de los casos se presentan en mujeres que pasan de los 50 años, se estima que 12 de cada 100 afectadas tienen menos de 40 años.

Sí. La clave está en prevenir. Es importante mantenerse en el peso promedio; hacer actividad física regularmente; reducir el consumo de productos nocivos; tener una dieta equilibrada a base de frutas, verduras, lácteos descremados y pescados. Controlar el estrés y la ingesta excesiva de alcohol; no fumar y realizarse controles médicos regulares.

Sí. En líneas generales no duelen y, al no ser alertadas por molestias las afectadas no consultan a tiempo, por esto es importante hacerse mamografías anualmente.

Es de vital impotancia que cada mujer conozca su cuerpo, en especial las mamas para detectar cualquier alteración. Deberá realizarse un autoexamen en los senos al menos una vez por mes. Cabe aclarar que no todos los cambios físicos son indicativos de la presencia de tumores, pero ante cualquier irregularidad es necesario consultar con un mastologo.

Sí sirven. Toda mujer debe practicarse un examen de este tipo, al menos una vez al año sobre todo después de los 50. Para las mujeres jóvenes se recomienda iniciar los controles con una ecografía. Sin embargo, dependiendo del caso el doctor puede soliciata una mamografía o incluso una resonancia magnética.

La  lactancia prolongada (más de 6 meses) está descripta como un factor de disminución de riesgo, pero no es una vacuna.

Una vez al año como control rutinario e inmediatamente si se presentan cambios en los senos, por pequeños que sean, como aparición de masas, alteraciones en la textura o color de la piel, secreciones por el pezón o inversión del mismo, dolor. Etc.

El autoexamen mamario debe realizarse una vez al mes; preferentemente dos o tres días después de la menstruación. Lo importante es tratar de detectar: nódulos o bultos, retracción de piel o pezón, derrame por el pezón, cambios de color o textura de la piel de la mama. No existe una edad específica para el comienzo de la realización de este examen (la aparición del tejido mamario depende de factores orgánicos de crecimiento y hormonales que no se dan a la misma edad en todas las mujeres).

Se suele pedir a las pacientes que no usen antitranspirantes o desodorantes (tampoco algunas cremas humectantes o reafirmantes) durante el día en que deben realizarse una mamografía, porque muchos de estos productos contienen aluminio.
Este metal puede aparecer en una mamografía como pequeñas manchas y así producir defectos de técnica. Las partículas de dicho metal pueden verse como microcalcificaciones, las cuales son una de las alteraciones o distorsiones mamográficas que los médicos buscamos como posible señal de cáncer. No utilizar estos productos el día de la realización del estudio ayuda a evitar cualquier confusión o dificultad al examinar las mamografías.

"Calidad Médica. Calidez Humana"

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